domingo, 27 de abril de 2008

Homenaje a Aimé Césaire




Aimé Fernand David Césaire [1913-2008], uno de los grandes poetas de expresión francesa, murió en Fort-de-France, la capital de Martinica, el 17 de Abril. . Este profesor de literatura, alcalde y diputado comunista por la Martinica, fue uno de los poetas de habla francesa más destacados del siglo XX, miembro del movimiento surrealista, y creador del movimiento "Negritud", el cual destacaba, las raíces de la America negra y sus cultura, presentó además su resistencia, a cualquier forma de colonialismo o dominación. Volvió de Europa a su tierra natal, en el año 1939 huyendo del Fascismo, al cual tanto se resistía. Reproducir su poesía, es el exacto homenaje que cada poeta merece.
Gracias Aimé



POEMA PARA EL ALBA


Arrebatos de carne viva
en los estíos explayados de la corteza cerebral
han flagelado los contornos de la tierra
los ranforinquios en el sarcasmo de sus colas
captan el viento
el viento que ya no tiene espada
el viento que ya no es sino una caña de pescar los frutos de
todas las estaciones del cielo
manos abiertas
manos verdes
para las bellas fiestas de las funciones anhídridas
nevarán adorables crepúsculos sobre las manos tronchadas de las
memorias respirantes
y de ahí
sobre las grietas de nuestros labios de Orinoco desesperado
la feliz ternura de las islas mecidas por el pecho adolescente
de las fuentes del mar
y en el aire y en el pan siempre renaciente de los esfuerzos
musculares
el alba irresistible abierta bajo la hoja
cual claror el impulso espinoso de las belladonas
Aimé Césaire

martes, 22 de abril de 2008

Un concluso mal sueño sin retorno





Sobre la estancia indemne de las muralla,
lavo las dentelladas sobre un recuerdo,
que se marchita,
mientras teje sombras sobre la memoria,
que sabia despliega su vegetal transito,
y me aleja de un mal presagio,
tan antiguo como su crisálida,
ahogada en sus enfermedades que la parasitan sin descanso.
ahí se ignora el muro sombrío de las palabras,
y luce su blanca muerte, la palidez de su fantasmagórica ausencia,
donde no mece los fulgores de una orquídea,
que abrazó el invierno para caer sobre su suerte,
la mala suerte,
lo irreversible,
como una estampida sin rumbo,
mas dentro de la razón,
que de lo esperado,
suave calma después de las oleadas
las bandadas inclaudicables de una cuenta nueva,
una mirada con aspecto de lucir frente a los mármoles,
los sagrarios inconclusos,
por una estupida paradoja,
que portaba la mano de quien no quería soltarla
sobre un mantel sinuoso en la mesa servida de la vida,
donde doy mi espalda,
lo mejor de mi en estas horas,
y las siguientes,
con sus años arrastrando una perdición,
que se torna tranquila,
aceptable,
y deseada para siempre
la de no volver a sentir mas su llamada.

domingo, 13 de abril de 2008

Los ciclos del alma

Epidermis vegetal. Fotografía de E. de Santiago
Nada se acaba,
solo un seguir dando giros en una espiral,
al mando de los sueños vectoriales,
que descansan en la luna que empina los estambres,
como los nombres que he olvidado,
el mío propio,
y el nombre de mi destino,
mis números anotados a un costado de mi cerebro,
y mi aliento.

Un conjuro sobre un sepulcro,
y una incipiente letanía,
como una hora mustia,
música adecuada para estas horas,
que dan paso a bailes debajo de las notas del cosmos,
una vez mas,
como siempre,
sobreviviendo,
a la espera de la siguiente vuelta planetaria.